A J.K. Rowling le encantan los dulces de limón conocidos en Inglaterra como “sherbet lemons” al igual que a Albus Dumbledore, es por eso por lo que esa frase es la clave para acceder a la oficina del director dentro de Hogwarts. Vale la pena resaltar que, en la versión latina de las películas y novelas, esto se tradujo como “sorbete de limón”.