El Templo de Kukulkán está relacionado con un animal mitológico. De hecho, al atardecer, en los equinoccios de primavera y otoño, se produce un hipnótico juego de luces y sombras, una ilusión óptica que permite ver como, sinuosamente, el cuerpo de una serpiente repta desde la cima de la pirámide hasta la cabeza de la serpiente emplumada que hay en la base.